Palitos de mi Selva

lunes, febrero 27, 2006

Caballo

Galopaba incansablemente la yegua Hacendosa, con el tenebroso silencio de una madrugada invernal de fondo y el chillido de los grillos que taladraba sus tímpanos, cuando sus patas se detuvieron en la orilla de la bahía. El mar parecía una olla hirviendo a punto de incinerar a una gigantesca y cercana Luna, que rozaba sus zócalos con el oleaje embravecido, mientras contemplaba los ojos del animal petrificados en el abismal horizonte. Lentamente, sus pasos fueron avanzando, temerosos, pero convencidos de que era la única manera de escapar. Unos instantes más tarde, el frío ya se mimetizaba con su cuerpo, que sentía a las caricias del agua como el más aterrador de los placeres. Los cangrejos fueron testigos de que la naturaleza hizo perfectamente su trabajo y que los gritos enloquecidos de su criador no pudieron impedir que la bicampeona del Derby de Kentucky se perdiera bajo la marea. Amanece.

viernes, febrero 24, 2006

Pato

Lucas, Donald y Ñato se fueron de excursión. Alquilaron un bote en las orillas del río Nilo y escaparon de los humanos. A lo largo de la travesía todo transcurrió con aparente normalidad, hasta que empezó a llover granizo desde el cielo y meteoritos desde el espacio, lo cual produjo que la pequeña embarcación corriese serios riesgos de hundirse en las profundidades del río. Lucas y Donald, millonarios y despreocupados, presionaron el botón correcto de su teletransportador intrasensorial Acme, y en menos de lo que tarda un martillero en pestañar, ya estaban en sus lujosas mansiones de Hawaii y Fidji, respectivamente. Ñato se murió ahogado.